domingo, 12 de octubre de 2008

Dos gardenias para ti... turu turu tururu



Me compre una gardenia jasminoides, o sea un Jazmín del Cabo. Debo aclarar que no tengo ninguna experiencia en el cuidado de plantas, lo máximo que he tenido fueron dos pobres ficus que murieron irremediablemente, entre otras cosas porque no les daba ni cinco de pelota.


Me compre un jazmín porque le gustan a María y porque mi infancia olía a jazmines, entre otras flores, y como mi infancia fue feliz a lo mejor un buen perfume ayuda a que la de mi gordito sea así de feliz, no lo sé. En el fondo de mi casa había una maceta gigante que tenía una planta enorme de jazmines, a mi vieja le daban alergia y la verdad es que a mi también un poco (me la he curado a fuerza de regalarle jazmines a mi enana) pero me encantaba jugar en esa parte del jardín, me encantaba sentir ese perfume a flores que terminaba por provocarme dolor de cabeza.

Es increíble el poder del perfume para traer recuerdos, por más que sepa todas las causas científicas no dejo de sorprenderme. Huelo mis gardenias y viajo en el tiempo y el espacio hasta un lugar muy lejano en mi memoria.

Hoy hule a lluvia y a sal, mis flores están en casa y se avecina tormenta, mejor voy a dormir la siesta con el gordo antes de que empiece a volver la gente.

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