Tengo que decidir y no tengo ganas, tengo que enfrentarme y tengo un cagaso que voy a tener que empezar a usar pañales. Pero es lo que hay... es parte de esta puta vida adulta que me toca.
De chica yo no era muy normalita, no quería ser grande. No tenía ese problema terrible que tienen todos los chicos que se sienten juztamente eso chicos. Yo estaba bien así. De modo que el paso de los años nunca me hizo mucha gracia, esto no es cosa de ahora que estoy cerca de mis treinta, viene desde los doce.
Las circunstancias de la vida ahora me ponen en una posición en la que me siento parte de un tablero de ajedrez, si muevo mal me hacen jaque y eso no esta bien... no, no, no esta nada bien.
Pero no quiero, quiero tener cinco años, la edad ideal para tener vida social pero que esta dependa de mi mamá. Porque a los cinco ya podes ir a jugar a la casa de tus amiguitos, el asunto es que a tus amiguitos te los elige mamá
3 comentarios:
jajajjaaja muy bueno!!!!
Crecer duele y como!!!!
Mas cuando tu hoja en blanco ya no es toda tuya no?
Mejor dicho cuando no solo escribis o dibujas en tu hoja en blanco!
Por mas barata que suene la metafora, para las mentes libres y sin ataduras la madurez y la maternidad son una cagada, jajjaja
Besos
A mí el otro día me dieron ganas, pero no de ser más chico sino de ser de otra especie: un perro, un gato...
Cada tanto vendría bien poder metamorfosearse y mandar todo al diablo.
uf ni hablar
mi doctor me dijo: adolescencia tardía
pero a mi me gusta la pubertad
quien me vuelve a púber, carajos.
besos!
PD. el gato blanco de la foto... ¿es de verdad?!
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